Mini-empleos, mini-salarios, mini-derechos: el terrorismo de la CEOE
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Juan Rosell en su doble función de presidente de la Patronal CEOE y bombero pirónamo, utilizó ayer todos los tópicos de la desinformación en un totum revolutum de falsos datos y afirmaciones tremendistas para acabar afirmando que obran empleados públicos y que hay que poderles despedir. Mientras, se llenaba la Pl. Sant Jaume de Barcelona de personal de la administración en defensa de la función pública.

En cualquier caso, la cifra de 900.000 empleados que “sobran” según la CEOE no está mal escogida. Casi sugiere el tremendismo de 1 millón más de desempleados, y acierta en magnitud para presionar con fuerza a la baja los salarios y las condiciones laborales e incrementar de forma exponencial el miedo y la sensación de precariedad… y no sólo en el mercado laboral, sino también en los servicios públicos, ya que habla de funcionarios sin especificar (y por tanto puede tratarse naturalmente de personal sanitario, de educación, dedicado al trabajo social, etc…)
Menos mal que Público nos recuerda que un informe reciente del sindicato UGT arrojaba datos muy diferentes. En España, la población empleada en el sector público es inferior al 10%, frente al 16% de la media europea, superada en países como Irlanda (12,2%), Finlandia (18,9%) o Dinamarca (25,7%). Además, uno de cada cuatro asalariados públicos no tiene empleo estable y en algunos sectores, como la sanidad, la educación o la Administración local, la temporalidad supera el 35%.
Pero para la patronal, no sólo se trata del número de funcionarios, sino también de sus salarios. En el informe subraya que entre 2002 y 2009 los sueldos públicos crecieron un 5,6%, mientras que los privados lo hicieron un 2,8%. Sin embargo, los datos sobre la evolución de los sueldos privados no tienen en cuenta en muchos casos los salarios de los altos cargos (los mejor retribuidos), ya que estos aparecen en categorías diferentes a la de asalariados. Según el informe de UGT, desde el año 1982, los empleados públicos han sufrido una pérdida de poder adquisitivo del 24,5%.

Pediría algo más de reflexión a los empresarios de este país antes de hacer declaraciones tan poco afortundas (incluso diría que descerebradas) como las de ayer. No sé si entienden los límites de las personas, los límites de la explotación y los propios límites del sistema. Tanto tensar la cuerda sólo puede provocar que se rompa, y las consecuencias no pueden ser peores para quienes ya no tienen casi nada que perder. Pero ¿de verdad nadie se lo ha advertido antes al señor Rosell? ¿De verdad nadie con un poco de sentido común ha advertido a los empresarios de la CEOE que lo que están haciendo desde la prepotencia y la ignorancia no les excusa para nada… y se parece demasiado al terrorismo?
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