Mini-empleos, mini-salarios, mini-derechos: el terrorismo de la CEOE
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Juan Rosell en su doble función de presidente de la Patronal CEOE y bombero pirónamo, utilizó ayer todos los tópicos de la desinformación en un totum revolutum de falsos datos y afirmaciones tremendistas para acabar afirmando que obran empleados públicos y que hay que poderles despedir. Mientras, se llenaba la Pl. Sant Jaume de Barcelona de personal de la administración en defensa de la función pública.
Para la CEOE, nos dijo Rosell en un cálculo que no se sabe muy bien cómo se ha realizado y de qué manera se justifica, “hay cerca de 900.000 empleados públicos que sobran”. Pero intenta dar cierta validez a la cifra hablando de traspasos de competencias, duplicación de personal en ayuntamientos, y una molesta insistencia en cultura… Ya se ve clarísimo que a la Patronal le sobran las funciones de Cultura… ¿para qué? Si los trabajadores y trabajadoras cobran mini-salarios, tienen mini-derechos y un precario mini-empleo, lo mejor que pueden hacer estar enganchados a Sálvame, y no tanto por su contenido sino por cómo se adecua al naufragio personal y laboral el nombre del programa. Y sobre todo, porque la supuesta “salvación” va en singular… nada de organizarse y encontrar salidas colectivas a la crisis, proque entonces quizás el señor Rosell y sus amigos no tendrían el privilegio de ir provocando incendios por los medios de comunicación.
En cualquier caso, la cifra de 900.000 empleados que “sobran” según la CEOE no está mal escogida. Casi sugiere el tremendismo de 1 millón más de desempleados, y acierta en magnitud para presionar con fuerza a la baja los salarios y las condiciones laborales e incrementar de forma exponencial el miedo y la sensación de precariedad… y no sólo en el mercado laboral, sino también en los servicios públicos, ya que habla de funcionarios sin especificar (y por tanto puede tratarse naturalmente de personal sanitario, de educación, dedicado al trabajo social, etc…)
Menos mal que Público nos recuerda que un informe reciente del sindicato UGT arrojaba datos muy diferentes. En España, la población empleada en el sector público es inferior al 10%, frente al 16% de la media europea, superada en países como Irlanda (12,2%), Finlandia (18,9%) o Dinamarca (25,7%). Además, uno de cada cuatro asalariados públicos no tiene empleo estable y en algunos sectores, como la sanidad, la educación o la Administración local, la temporalidad supera el 35%.
Pero para la patronal, no sólo se trata del número de funcionarios, sino también de sus salarios. En el informe subraya que entre 2002 y 2009 los sueldos públicos crecieron un 5,6%, mientras que los privados lo hicieron un 2,8%. Sin embargo, los datos sobre la evolución de los sueldos privados no tienen en cuenta en muchos casos los salarios de los altos cargos (los mejor retribuidos), ya que estos aparecen en categorías diferentes a la de asalariados. Según el informe de UGT, desde el año 1982, los empleados públicos han sufrido una pérdida de poder adquisitivo del 24,5%.
Finalmente, en todos los medios se destaca que Rosell se hizo eco de la propuesta del BCE sobre minitrabajos o minijobs: un contrato a tiempo parcial de pocas horas de trabajo, con sueldos de 400 euros y con “flexibilidad total”. Rosell aseguró ayer que la patronal cuenta incluso con encuestas entre parados que demuestran la aceptación de esta fórmula de empleo precario. “Ellos apuestan por eso”, subrayó. Más tarde, en el programa 59 segundos, el líder de la patronal volvió a insistir en su deseo de que la contratación “sea totalmente libre”. Pues bien, desde la experiencia de las mujeres que padecemos de forma grave en España la contratación precaria a tiempo parcial (lo cual supone siempre salarios insuficientes para una vida plena y autónoma), insisto en que los miniempleos con minisalarios implican una minivida con miniderechos… y un incremento de las tensiones, la desigualdad y la falta de equidad que nos está costando la salud física y mental, cuando no la propia vida.
Pediría algo más de reflexión a los empresarios de este país antes de hacer declaraciones tan poco afortundas (incluso diría que descerebradas) como las de ayer. No sé si entienden los límites de las personas, los límites de la explotación y los propios límites del sistema. Tanto tensar la cuerda sólo puede provocar que se rompa, y las consecuencias no pueden ser peores para quienes ya no tienen casi nada que perder. Pero ¿de verdad nadie se lo ha advertido antes al señor Rosell? ¿De verdad nadie con un poco de sentido común ha advertido a los empresarios de la CEOE que lo que están haciendo desde la prepotencia y la ignorancia no les excusa para nada… y se parece demasiado al terrorismo?
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