lunes, 29 de agosto de 2011

¿Quién es tu enemigo?

¿Quién es tu enemigo?

Esto es una llamada. 


Estamos viviendo la inminencia de una catástrofe económica, social y cultural. Una convulsión en la historia como no la ha habido desde el siglo XVIII. Todos los datos económicos indican que este otoño se volatilizarán 20 billones de euros. Tantos o más que en el 2007. 


Pero ahora ya se han agotado los recursos, ningún país podrá endeudarse para rescatar ni a la banca ni a las multinacionales: 


- Estados Unidos tiene de deuda soberana 16 billones de dólares, una suma igual a su producto interior bruto anual (PIB); pero su deuda privada (de banca y empresas) alcanza la cantidad de más de 75 billones de dólares, bastante más que el PIB mundial.


- China es la principal compradora de deuda estadounidense, cuando Estados Unidos no pueda hacer frente a sus pagos arrastrará a China, además a causa de la recesión económica las exportaciones chinas han mermado considerablemente y su mercado interior no tiene poder adquisitivo para consumir las mercancías que produce.


- Brasil y otros países emergentes están en las mismas circunstancias o peores que China.


- Europa está herida de muerte por los ataques especulativos contra la deuda soberana. Uno tras otro irán cayendo cada país europeo como fichas de dominó sobre Alemania, la última ficha, aplastada por las demás.


Adivina quiénes son las víctimas de este feroz y fríamente deliberado ataque.
Imagina a qué se verán impulsadas esas víctimas cuando perentoriamente se sientan acuciados por las necesidades vitales más esenciales. 

Los recientes disturbios de Inglaterra son un pequeñísimo adelanto.

La Historia nos ilustra la respuesta a estas dos preguntas:


En 1816 la fragata francesa Medusa naufragó en el Atlántico frente a Senegal por la negligente incompetencia del capitán y oficiales. Éstos acapararon alimentos, bebidas y los botes salvavidas, abandonando al resto de la tripulación. Sobre 150 marineros se encontraron en la necesidad de armar una precaria balsa, La Balsa de la Medusa, en la que el hambre, la sed, la desesperación, el horror… les llevó al suicidio, al canibalismo y a la locura. Sólo 15 lograron sobrevivir tras semanas a la deriva. Entonces se enfrentaron a juicios y encarcelamientos con los que se intentó ocultar el criminal proceder de los oficiales.


Si luchamos entre nosotros ninguno nos salvaremos. Antes de que sea tarde debemos reconocer quién es el enemigo y unirnos contra él.


Hago una llamada a los jóvenes, a los estudiantes, a los desempleados, a los funcionarios, a militares y policías, a los pequeños y medianos empresarios, a los trabajadores… Unámonos, todos somos las víctimas.


La incompetente, irresponsable y traidora jerarquía política y económica procura dividirnos; nos azuzan a unos contra otros; quieren generalizar una guerra entre pobres en la que nos debilitemos y disipemos nuestra fuerza.


Sólo tenemos la opción de unirnos.
 

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